Capítulo II

Antecedentes de la Investigación

Para establecer los antecedentes del presente proyecto, se han elegido trabajos que cumplan fundamentalmente dos preceptos, el primero es que se traten de investigaciones acerca del riesgo o la peligrosidad sísmica, y el segundo es que el área de estudio sea cercana a la que se está abordando, de ser posible solo localidades del estado Sucre. Es este sentido como primer precedente a este proyecto, se ha propuesto una investigación realizada en el año 2004 por un grupo de ingenieros conformado por: Grases J., Malaver A., Montes L., Acosta L., Lugo M., Madriz J., Hernández J. y Vargas R. de CORAL 83 Ingeniería de Consulta; González M. de CGR Ingeniería, y Herrera C. de Herinca Cumaná; y que lleva por título “Amenazas Naturales Y Vulnerabilidad En Cumaná” En este trabajo se presentan los resultados de un proyecto de investigación patrocinado por la Gobernación del Estado Sucre sobre la mitigación y prevención de amenazas naturales en la ciudad de Cumaná. Quienes suscriben el trabajo contribuyeron en sus respectivas áreas de especialización, lo cual refleja la multiplicidad de problemas analizados; sus evaluaciones y respectivos resultados, fueron organizados en un informe de más de 500 páginas, respaldado por más de 300 referencias citadas en el texto.

Las conclusiones y recomendaciones están dirigidas hacia dos vertientes: acciones a corto y mediano plazo encaminadas a la mitigación y reducción del riesgo de eventos potencialmente destructores, y; información a incorporar en la planificación del crecimiento urbano de la ciudad. La amenaza sísmica no es la única evaluada, aunque es una de las más importantes, aseveración que cobra urgencia al analizar los efectos que ocasionó en Cumaná el terremoto de Cariaco de 1997, con epicentro a unos 75 km de distancia. Entre las diversas conclusiones a las que este grupo llegó sobre la amenaza sísmica destacan, 1) en los últimos 35 años se desarrolla (en Cumaná) la Ingeniería Sísmica de edificios altos, lo cual ha repercutido en sustanciales modificaciones de las correspondientes normativas de diseño; 2) la población de Cumaná ha aumentado a más de 300 mil habitantes tal crecimiento favorece soluciones habitacionales “multipisos” que, al igual que en muchas otras ciudades del país, no siempre satisfacen los requerimientos normativos más recientes. Con respecto a lo anterior, se puede inferir que uno de los factores de mayor importancia para reducir pérdidas en una situación de sismo, es el que las edificaciones cumplan con las normas establecidas para su construcción.

El segundo antecedentes consiste en un informe realizado por la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas, y que lleva mucha relación con este proyecto de investigación pues trata sobre uno de los sismos más importantes ocurridos no solo en el territorio sucrense, sino en el país, el informe realizado por el ingeniero Franck A. Audemard lleva por título “El Sismo De Cariaco Del 09 De Julio De 1997, Edo. Sucre, Venezuela: Progresión De La Ruptura A Partir De Observaciones Geológicas.” Entre las deducciones a las que llegó Audemard, destacan el hecho de que el reconocimiento de campo permite atribuir el sismo de Cariaco del 09 de julio de 1997 a la falla de El Pilar sin lugar a duda, y muy particularmente a un segmento de la misma con expresión superficial en tierra entre los golfos de Cariaco y Paria sobre una longitud de unos 40 km entre las poblaciones de Villa Frontado (Muelle de Cariaco) y Rio Casanay.

Parte de la ruptura se extiende hacia el Oeste (hasta San Antonio del Golfo), estando sumergida en el fondo del golfo de Cariaco, lo cual está en perfecta concordancia con la distribución espacial de las réplicas superficiales. La propagación de la ruptura, según los moradores de la región, ocurrió básicamente hacia el Oeste (unidireccionalidad de la propagación), donde probablemente igualmente nucleó este evento. Para finalizar señala que el sismo de Cariaco resulta de la ruptura del segmento inmediato vecino al Este del correspondiente al sismo del 17 de Enero de 1929 y parece completar la ruptura iniciada con el sismo de Casanay del 12 de junio de 1974, con ruptura superficial de poca extensión y localizada en las inmediaciones de la localidad de Guarapiche. Otra monografía precedente es el proyecto elaborado por el ingeniero Felipe Figuera, asesor de la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE), que tiene por nombre “Evaluación De Daños Por Sismos Y Adecuación Estructural De Edificaciones Educativas En El Estado Sucre - Venezuela. En este documento Figuera expone una serie de motivos que hacen vulnerables e inseguras en caso de sismo, no solo las instituciones educativas del estado Sucre sino también de la capital y el resto del país principalmente por que no se posee una norma clara para la construcción de escuelas o liceos en zonas altamente sísmicas. Al igual el autor en sus conclusiones destaca lo siguiente: “Se debe realizar una normativa especial y sencilla de diseño y construcción exclusiva para las edificaciones educativas. Esta debe ser consultada con los profesionales de la ingeniería y los entes involucrados con el aspecto normativo”; al tiempo en que también da una recomendación personal como: “crear un ente rector que dicte las directrices técnicas para la realización de los proyectos, construcciones, inspecciones y supervisión de mantenimiento de las edificaciones educativas en la entidad sucrense”.

En este mismo orden de ideas, se ha encontrado un Trabajo de Grado desarrollado por Rufino Valladares Torrealba, para optar al título de Licenciado en Física de la Universidad de Oriente, el mismo se titula “Determinación De Parámetros Sísmicos Asociados Con La Amenaza Sísmica En La Región Nororiental De Venezuela”, en dicho trabajo, además de establecer que la región nororiental del país posee el más alto nivel de amenaza sísmica en Venezuela; además entre sus conclusiones menciona que la mayor densidad de sismos superficiales se localiza en la parte central de la región estudiada, entre las longitudes -64º y -61º, cubriendo prácticamente la totalidad del territorio del Estado Sucre, relacionado al sistema de fallas de El Pilar, la cual genera la mayor cantidad de eventos.

Digno de mención es el trabajo realizado por Leonardo Alvarado, Jorge González y Michael Schmitz de FUNVISIS y Stefan Lüth de la Universidad Libre De Berlín, que guarda bastante relación con la presente investigación, en cuanto al espacio geográfico que estudia, lleva por título “Investigaciones sísmicas de escala micro y macro en Cariaco” en ello estudia aspectos como lo constate que son los sismos en este poblado, la variación del espesor de los sedimentos en las zonas aledañas a Cariaco y otros aspectos como la velocidad de la onda que los sismos producen y el desplazamiento de la falla. Además estas investigaciones que sirven de antecedentes, arroja datos como el hecho que en promedio, el 40% de todas las casas en Cariaco fueron fuertemente dañadas o destruidas durante el sismo de Cariaco de 1997, con un 60% de daño en el centro y solamente 20% de daño hacia el sureste. Sin embargo, no se puede establecer una relación directa entre los períodos predominantes, las velocidades sísmicas y la distribución de los daños, ya que muchas de las casas dañadas eran casas de bahareque en muy mal estado de conservación. Lo que nos da una idea de otros factores que pueden influir en los daños visibles que un movimiento telúrico causa.

Fundamentación Teórica 

1 Terminología General

De acuerdo a la Real Academia Española la palabra Riesgo significa, “Contingencia o proximidad de algún daño”, Sauter (1996) mientras que en términos técnicos significa “la posibilidad de pérdida o daño o exposición al cambio de daño o pérdida” Dowrick (1997). La palabra Peligrosidad, la Real Academia Española la define como “calidad de peligro”, mientras que en términos técnicos se expresa como “amenaza impuesta por ciertos fenómenos naturales, como son los huracanes, erupciones, riadas, terremotos, etc., que pueden causar consecuencias adversas a la actividad humana, impacto social negativo y pérdidas humanas y económicas severas” Sauter (1996). Finalmente, la vulnerabilidad para el organismo antes nombrado es “algo que puede ser herido o recibir lesión, física o moralmente” y técnicamente “se utiliza como una escala para expresar las diferentes formas de responder los edificios al ser sometidos a un terremoto” Grünthal (1998). Es evidente que las tres palabras tienen una relación directa entre ellas, por lo que antes de utilizarlas se debe encontrar una definición estándar que permita distinguirlas para su correcto uso. De esta manera algunos comités y trabajos científicos se han encargado de establecer una nomenclatura adecuada dentro del área de la sismología e ingeniería sísmica, que permita aclarar las diferencias existentes. Entre los comités se encuentran el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Sísmica (EERI), la Asociación Europea de Ingeniería Sísmica (EAEE), la Comisión de Seguridad Sísmica de California (CSSC), el Servicio Geológico de los E.U. (USGS). En base a esto, el Riesgo, la Peligrosidad y la Vulnerabilidad Sísmica se pueden definir de la siguiente manera:

Riesgo Sísmico “son las consecuencias sociales y económicas potenciales provocadas por un terremoto, como resultado de la falla de estructuras cuya capacidad resistente fue excedida por un terremoto”.

* Peligrosidad Sísmica “es la probabilidad de que ocurra un fenómeno físico como consecuencia de un terremoto, provocando efectos adversos a la actividad humana. Estos fenómenos además del movimiento de terreno pueden ser, la falla del terreno, la deformación tectónica, la licuefacción, inundaciones, tsunamis, etc.”.

* Vulnerabilidad Sísmica “es un valor único que permite clasificar a las estructuras de acuerdo a la calidad estructural intrínseca de las mismas, dentro de un rango de nada vulnerable a muy vulnerable ante la acción de un terremoto”.

Por lo tanto, se puede observar que el Riesgo Sísmico depende directamente de la Peligrosidad y de la Vulnerabilidad, es decir, los elementos de una zona con cierta peligrosidad sísmica pueden verse afectados en menor o mayor medida dependiendo del grado de vulnerabilidad sísmica que tengan, ocasionando un cierto nivel de Riesgo Sísmico del lugar. Para entender mejor estas definiciones se necesita hacer una descripción más detallada de cada una de ellas, por lo tanto a continuación se muestran los conceptos generales de la Peligrosidad Sísmica, la Vulnerabilidad Sísmica y de qué forma se relacionan para obtener el Riesgo Sísmico. Es importante hacer mención del concepto de Mitigación Sísmica, que servirá como vínculo entre los resultados obtenidos en el estudio de Riesgo y las acciones o medidas que debe de tomar las autoridades correspondientes para reducirlo, mediante planes de emergencia. 

2 Peligrosidad sísmica

Como se mencionó en la definición anterior, la peligrosidad sísmica es la probabilidad de que ocurra un fenómeno físico como consecuencia de un terremoto, como pueden ser el movimiento mismo del terreno, así como la licuefacción, los deslizamientos de tierra, inundaciones, ruptura de fallas, etc., a los que llamaremos efectos colaterales de un terremoto. El tamaño y localización de estos efectos colaterales dependerán de diversos factores, principalmente de las características geológicas y geotécnicas del lugar, pero indudablemente de las características del terremoto (hipocentro, mecanismo, intensidad, magnitud, duración, contenido frecuencia, etc.).

Por tal motivo, el primer paso en la evaluación de la peligrosidad sísmica es caracterizar las zonas sismo–tectónicas, para posteriormente entender mejor las características de los terremotos. Generalmente, en su evaluación se utilizan métodos o modelos probabilísticos simplificados de cálculo basados en el establecimiento de leyes estadísticas para definir el comportamiento sísmico de una zona, las fuentes sísmicas y la atenuación del movimiento del suelo, expresando los resultados en forma de probabilidad de ocurrencia de los distintos tamaños de los terremotos, la probabilidad de excedencia de distintos niveles de intensidad del movimiento o a los valores máximos de aceleración esperados en un lugar y en un intervalo de tiempo determinado. Sin embargo, estos modelos involucran una gran cantidad de incertidumbres lo que lleva inevitablemente a ser calculados a partir de la extrapolación de datos, a la adaptación de estudios de otras regiones para que estos modelos sean completamente funcionales y en muchos casos a la simplificación de los mismos, esto según palabras de Sommerville (2000).

Desafortunadamente, esta incertidumbre es más grande en áreas con una actividad sísmica esporádica, en donde los catálogos sísmicos y las bases de datos de movimientos fuertes son escasas. En algunos casos, las teorías geofísicas pueden sustituir los datos faltantes, pero las predicciones de la recurrencia de sismos y de la propagación de las ondas sísmicas no son lo suficientemente avanzadas para simulaciones teóricas que sean aceptadas como una norma para la observación de sismos locales, por lo que en muchos casos es necesario considerar el juicio de los expertos en el ajuste de los modelos para evaluar la peligrosidad sísmica, esto hace que el juicio de los expertos se considere una parte integral de la evaluación.

En esta situación, una posible estimación de la peligrosidad sísmica se puede obtener a partir del análisis de la historia sísmica del sitio, utilizando los datos macrosísmicos históricos de los que se disponga, particularmente en regiones caracterizadas por largos periodos de microsismicidad. No obstante, esta información puede dar lugar a problemas de interpretación debido a que los datos históricos son cualitativos y fueron obtenidos en épocas completamente diferentes, sin utilizar una escala macrosísmica común. En palabras de Mucciarelli y Magri, (1992), “debido a estos problemas, la caracterización de cada nivel de intensidad en un sitio tiene que ser calculado en términos probabilistas, expresando el nivel de probabilidad asociado a cada grado de intensidad”.

2.1 Sismicidad

Actualmente el avance científico ha permitido mejorar el conocimiento acerca del origen, evaluación del tamaño y forma de propagación, entre otras características, de los terremotos dentro de la corteza terrestre. Los terremotos ocurren cuando el esfuerzo en la tierra alcanza un nivel mayor a la resistencia de la roca, causando que los lados opuestos de la misma fallen repentinamente o se deslicen violentamente pasando de un lado a otro. Estos esfuerzos pueden actuar perpendicularmente a la falla empujando las rocas entre ellas, o paralelamente a la falla moviendo las rocas unas contra otras. La resistencia de la falla está relacionada con el tamaño de estos esfuerzos y el coeficiente de fricción del material que la forma, cuando se acumula un esfuerzo suficientemente grande para sobrepasar la resistencia de la falla, puede ocurrir un terremoto produciéndose un chasquido en las rocas perdiendo el equilibrio y liberando la energía almacenada en forma de ondas sísmicas, las cuales mueven las rocas a su alrededor.

Un terremoto empieza en un punto llamado foco o hipocentro situado en la superficie de ruptura de la falla que se localiza por una latitud, longitud y profundidad, y una proyección en la superficie de la tierra, llamada epicentro con coordenadas de latitud y longitud únicamente. La ruptura progresa desde el hipocentro a lo largo de la superficie de ruptura a una velocidad finita, hasta que se detiene. El esfuerzo acumulado se libera completamente al alcanzar una sección más fuerte que la falla o porque se ha llegado al final de la misma. El tiempo total del movimiento causado por un terremoto está relacionado con la longitud del tiempo necesario para que la ruptura progrese a lo largo de la superficie de ruptura completa (Nyffenegger, 1997).

Existen tres tipos principales de fallas que pueden ocurrir ya sea en la superficie de la Tierra o dentro de los Océanos, estas pueden ser: falla por deslizamiento, que corresponde a un desplazamiento horizontal relativo por los dos lados de la falla que normalmente suele tener un plano de falla vertical; una falla reversible o por compresión, en la cual las fuerzas por compresión causan una falla por cortante forzando que la parte superior continúe elevándose y la falla normal o por extensión, esta falla es la inversa de la anterior, las deformaciones por extensión jalan los bloques superiores hacia abajo del plano de falla inclinado (Dowrick, 1997). 

2.2 Sismicidad Global

La localización del origen de un terremoto se puede calcular por medio de las ondas sísmicas leídas en los diferentes observatorios sismográficos del mundo. Basándose en esta información se ha podido elaborar mapas con la distribución uniforme de los terremotos alrededor de la Tierra, como muestran las Figuras 1 y 2, en donde se puede observar claramente un cinturón de actividad sísmica separando grandes regiones oceánicas y continentales, con interesantes excepciones en regiones donde los terremotos son nulos (Bolt, 1999).

Como se puede observar en la Figura 1, la distribución geográfica de los terremotos en el planeta muestra zonas de la Tierra con una mayor actividad sísmica, siendo la primera el denominado cinturón CircumPacífico, que comprende toda la parte oeste del continente americano, desde Alaska hasta el sur de Chile y desde la parte norte de las islas Aleutianas, siguiendo por todas las islas del Japón hasta Indonesia y Nueva Zelanda. La segunda zona denominada Mediterráneo – Himalaya se extiende desde las islas Azores al sudoeste de la Península Ibérica, pasando por Italia, Grecia, Turquía, Persia llegando hasta el Himalaya y norte de la India y de China. Finalmente, la tercera zona esta formada por cordilleras submarinas que dividen el Atlántico en dos partes, la del Índico y la del Pacífico, frente a las costas occidentales de América del Sur. Los estudios de sismicidad de estas regiones han servido para confirmar la teoría de la tectónica de placas y la formación de los continentes. 
Figura 1. Mapa de Sismicidad global. En esta figura se muestran los terremotos ocurridos a partir de 1966, con magnitud superior a 6, en la escala Richter. (Bolt, 1999).

Uno de los trabajos más recientes sobre mapas de peligrosidad sísmica, fue el proyecto piloto desarrollado por el Programa de Evaluación de Peligrosidad Sísmica Global (GSHAP, 1999) en la Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales, declarada por la ONU. Este trabajo se desarrolló uniendo mapas parciales elaborados por las diferentes regiones y áreas de prueba (Figura 2). El mapa describe la aceleración máxima del terreno con un 10% de probabilidad de excedencia en 50 años, correspondiente a un periodo de retorno de 475 años. La clasificación del suelo en general se consideró roca a excepción de Canadá y EE.UU., donde se supone que las condiciones del suelo correspondían a un suelo rocoso – firme. El mapa dibuja los niveles probables del movimiento del terreno en una escala de colores de menor probabilidad (blanco) a mayor probabilidad (oscuro).

Los colores del mapa se eligieron para delinear aproximadamente la peligrosidad correspondiente al nivel actual de la misma. El color más claro representa una peligrosidad baja, mientras que el más intenso, representa una alta peligrosidad. Específicamente, el blanco y verde corresponde a valores entre 0 – 8% g (en donde, g es la aceleración de la gravedad); el amarillo y el naranja corresponden a una peligrosidad moderada entre 8 y 24% g; el color rosa y rojo corresponde a una peligrosidad alta entre 24 y 40% g y el rojo obscuro y café corresponde a una peligrosidad muy alta, con valores superiores al 40% de g. En general, los sitios con peligrosidad alta ocurren en áreas delimitadas por las diferentes placas, como se ha comentado anteriormente.


Figura 2. Mapa de Peligrosidad Sísmica global (GSHAP, 1999).

2.3 Sismicidad en Venezuela

En gran medida, la actividad sísmica del país está asociada al sistema de fallas activo predominante: OcaAncón-Boconó-San Sebastián-El Pilar (figura 3) generada por el continuo movimiento este-oeste de la placa del Caribe con respecto a la de América del Sur. Este sistema de fallas ha sido el causante de los sismos más severos que han ocurrido en el territorio nacional, (Grases, 1994).


Figura 3. Mapa de fallas principales según Beltrán (1994)

Esencialmente, la sismicidad a nivel del territorio nacional es superficial y se concentra en los primeros 40 Km. de profundidad (Figura 4); exceptuando la sismicidad profunda asociada a la zona de subducción en el noreste de Venezuela entre los 20 y 120 Km. (Fernández y Perez 1974; Beltrán, 1994). La sismicidad en Venezuela está caracterizada por una alta tasa de microsismicidad, aunque la historia sísmica del país revela que han ocurrido más de 130 sismos que han causado algún tipo de daños en poblaciones venezolanas, siendo el más destructivo de todos el que ocurrió el 26 de marzo de 1812 y que afectó seriamente ciudades importantes como Mérida, Barquisimeto y Caracas, causando más de 20.000 víctimas, es decir, un 5% de la población estimada para la época (Grases, 1994).


Figura 4: Distribución espacial de la sismicidad en Venezuela.

3 Evaluación de la sismicidad

Como se mencionó anteriormente, existen una gran cantidad de incertidumbres en la evaluación del movimiento del terreno o en lo que un terremoto específico puede generar en un sitio en particular y generalmente estas incertidumbres repercuten en la estimación de la peligrosidad sísmica del lugar. Los terremotos varían ampliamente en el tamaño o liberación de la energía, es decir, pueden ser desde pequeñas fracturas a grandes deslizamientos a lo largo de varios kilómetros en una falla. Un terremoto pequeño que ocurre a pocos kilómetros de la superficie, se puede detectar sin necesidad de instrumentos, pero un terremoto grande que ocurra a muchos kilómetros bajo la superficie, a veces sólo puede detectarse con ellos. Afortunadamente en las últimas décadas ha existido un avance en la sismología teórica y computacional que ha permitido reducir esta variabilidad en la evaluación de los movimientos del terreno. El tamaño de un terremoto se puede caracterizar por la intensidad, la magnitud o por el momento sísmico (magnitud sísmica), siendo quizás este último la caracterización más adecuada, debido a que está relacionado directamente con el producto del área de la ruptura de la falla y el desplazamiento promedio de la misma (Somerville, 2000).

3.1 Escalas de Intensidad

En el área de la ingeniería sísmica a menudo se describen los efectos del movimiento del terreno sobre las estructuras construidas por el hombre en términos de intensidad, es decir, de una manera subjetiva ya que no depende de medidas instrumentales, sino de la información que un observador obtenga del daño o del movimiento producido por un terremoto. Sin embargo, la naturaleza subjetiva de la intensidad sísmica crea problemas para comparar los efectos de los terremotos evaluados durante diferentes épocas de estudio ó por los efectos provocados por el terremoto. Por ejemplo, valores bajos de la intensidad dependen de lo que ha sentido la gente, valores medios dependen de la respuesta de las estructuras y valores altos describen lo que ha ocurrido cuando se produce la ruptura de una falla. Una de las escalas más utilizadas para medir la intensidad sísmica es la Mercalli Modificada, a partir de la cual se han desarrollado otras en el mundo.

Históricamente las escalas de intensidad tienen una importancia especial debido a que no utilizan ningún instrumento para realizar la medición. La primera vez que se utilizó el concepto de intensidad como hoy se conoce se debe a Egen, describiendo lo efectos del sismo de Bélgica en 1828, sin embargo, ya se habían realizado cuantificaciones de daño un siglo antes por Schiantarelli en Italia en 1783, para el sismo de Calabria. Fue en el último cuarto de siglo XIX cuando el uso de la intensidad llegó a ser difundida ampliamente, siendo los precursores el italiano Rossi y el suizo Forel que publicaron escalas de intensidad similares en forma separada en 1874 y 1881, respectivamente. Posteriormente, unieron esfuerzos y elaboraron la primera escala que se utilizó internacionalmente, llamada escala Rossi – Forel con diez grados de intensidad. Ésta escala fue modificada por Mercalli, quien publicó una nueva versión considerando también diez grados. A pesar de esto, no fueron suficientes para expresar el rango completo de los efectos provocados por un terremoto. Fue entonces Cancani, quien extendió la escala a doce grados, aunque omitió profundizar en cada uno de ellos. Ya en 1912, A. Sieberg, publicó la primera versión de su escala de intensidades con doce grados dando una descripción completa para cada uno de ellos, llegando a ser la base de la mayoría de las escalas modernas de intensidad con doce grados. Posteriormente, Mercalli – Cancani – Sieberg publicaron la escala MCS, realizando ligeras modificaciones respecto a la primera versión de la escala de Sieberg (actualmente esta escala se sigue utilizando en Europa). En 1931, esta escala fue traducida al Inglés por Wood y Neumann, bajo el nombre de escala de Mercalli Modificada. Fue mejorada completamente en 1956 por C.F. Richter, quien se abstuvo de agregar su nombre a la nueva versión, para evitar confusiones con la escala de magnitud de Richter.

En 1964, Medvedev, Sponheuer y Karnik publicaron la primera versión de la escala MSK agregando nuevos aspectos cuantitativos para hacerla más optima. La escala MSK se basó en la escala de Mercalli, y en una de Medvedev elaborada en Rusia en 1953 (llamada GEOFIAN). Fue ligeramente modificada a mediados de los ‘70 y posteriormente en 1981, y paso a ser la escala más utilizada en Europa. En 1988, la Comisión Sismológica Europea acordó iniciar una revisión de la escala MSK, realizando varias reuniones de trabajo, hasta que en 1992, se decidió cambiar el nombre de MSK, por el de Escala Macrosísmica Europea. La versión final se publicó en 1998, junto con las instrucciones textuales y gráficas para su uso. Otra escala de intensidad sísmica poco conocida en América y Europa, pero no por eso menos importante es la escala Japonesa de la Agencia Meteorológica de Japón, JMA (por sus siglas en Inglés “Japan Meteorological Agency”), basada en el trabajo de Omori. Ésta escala está formada únicamente por 7 grados, sin embargo, el grado mayor puede representar la misma intensidad de daño que el resto de las escalas.

3.2 Magnitud

El concepto de magnitud lo introdujo por primera vez el Profesor Charles Richter en 1935, en California, definiéndolo como una medida cuantitativa del tamaño de un terremoto. Richter la relacionó indirectamente con la liberación de la energía la cual es independiente del lugar de observación. Actualmente, es la forma más usada para medir el tamaño de los sismos en todo el mundo, aunque no es la única. Se calcula a partir de la medición de la amplitud en un sismógrafo del tipo Wood-Anderson de torsión y se expresa en escala logarítmica en números reales.

Por otra parte, aunque la magnitud se define como una medida cuantitativa de un terremoto, las diferentes formas de medirla arrojan en algunos casos valores diferentes, esto se debe a que las escalas de magnitud fueron diseñadas en un principio para una clase específica de sismogramas y para un tipo único de ondas. Por ejemplo las ondas de superficie crean grandes alteraciones, pero únicamente en la capa superior de la Tierra, quizás a pocos kilómetros de la superficie. Los terremotos poco profundos excitan especialmente grandes superficies, mientras que los profundos casi no generan ondas en la superficie. Por lo tanto la magnitud superficial, generalmente subestima el tamaño de los terremotos profundos. Por otra parte, la magnitud basada en las ondas internas se ha desarrollado tanto para los terremotos poco profundos como para los profundos.

4 Vulnerabilidad sísmica

La otra parte importante para evaluar el riesgo sísmico de una región es la evaluación de la vulnerabilidad sísmica de las estructuras construidas por el ser humano. La experiencia ha enseñado, a través de los terremotos pasados que existen estructuras de una misma tipología que pueden sufrir un mayor grado de daño debido a un terremoto a pesar de localizarse en el mismo sitio. Esto se debe a que existen estructuras con una calidad estructural mejor que otras, o en otras palabras, su vulnerabilidad es menor. Por lo tanto, se puede llegar a plantear que la vulnerabilidad sísmica de una estructura o grupo de estructuras, es la calidad estructural o capacidad de sus elementos estructurales para resistir un terremoto.

El que una estructura sea más o menos vulnerable ante un terremoto de determinadas características, es una propiedad intrínseca de cada estructura, es decir, es independiente de la peligrosidad sísmica del sitio de emplazamiento, por lo tanto, una estructura puede ser vulnerable pero no estar en riesgo, a menos que se encuentre en un sitio con una cierta peligrosidad sísmica. Puede observarse, desde este punto de vista que los estudios de vulnerabilidad sísmica se pueden aplicar a cualquier obra de ingeniería civil, como son edificaciones, presas, carreteras, puentes, taludes, depósitos, centrales nucleares y, en general, a toda obra en la que se requiera conocer su comportamiento ante un posible terremoto y las consecuencias que puedan producir.

Una de las primeras tareas que hay que plantearse en la evaluación de la vulnerabilidad sísmica de las estructuras, es el alcance que tendrán los estudios de Riesgo Sísmico. Este paso es importante, ya que la vulnerabilidad sísmica se puede evaluar de una manera muy específica realizando un estudio muy exhaustivo de las estructuras o muy general como puede ser un estudio a nivel urbano. El conocimiento del comportamiento de una estructura es generalmente complejo y dependiente de un sin número de parámetros que en su mayoría son difíciles de obtener. Algunos de estos parámetros incluyen, la obtención de las características del movimiento sísmico del lugar, la resistencia de los materiales con los que está construida, la calidad de la construcción, la interacción con los elementos no estructurales, el contenido existente en la estructura en el momento del terremoto, entre otros muchos.

Sin embargo, la realización de estudios a nivel urbano, se puede reducir al conocimiento de algunos parámetros básicos para poder clasificar la estructura, o, en otras palabras al conocimiento de su calidad estructural. Normalmente, al plantear la realización de un estudio de riesgo sísmico lleva implícito la realización del estudio de grandes áreas para lo cual, los estudios a nivel urbano son los más factibles. Por lo tanto, es oportuno aclarar que estos estudios generalmente están englobados dentro de un marco estadístico, por lo que casi todas las estimaciones de la vulnerabilidad tienen niveles significativos de incertidumbres asociados. Gran parte de esto se debe a que las estimaciones se realizan sin considerar estudios detallados en la construcción, condición y comportamiento de la estructura. A menudo, la estimación de la vulnerabilidad se realiza basada en observaciones visuales sin referencia en cálculos del comportamiento estructural.

Aunque no existe una metodología estándar o procedimiento para evaluar la vulnerabilidad sísmica de las estructuras, algunas instituciones (como la Comisión de Seguridad Sísmica de California, CSSC, 1999) proponen clasificarlas en tres grupos principales, de acuerdo a tres factores. El primero de ellos es La experiencia obtenida en sismos pasados basada en el hecho de que ciertas clases de construcciones tienden a compartir características comunes y a experimentar tipos similares de daño debidos a un terremoto. En base a esto se han desarrollado una serie de funciones de vulnerabilidad sísmica de edificios, para las cuales sólo se requiere identificar la clase de edificio para hacer referencia a la función. Como segundo factor está La experiencia obtenida en los desarrollos de ingeniería. En este caso, los cálculos estructurales se utilizan para cuantificar la cantidad de fuerza y deformación inducida en la construcción por el movimiento del terremoto, y compararlas con la capacidad de la estructura. En ingeniería las estimaciones de la vulnerabilidad también tienden a tener incertidumbres asociadas con ellas, debido a que en ocasiones es muy difícil cuantificar la capacidad y resistencia exacta de la estructura y también la predicción de la respuesta. El último factor es una combinación de ambos, en este caso se utilizan tanto los cálculos estructurales como la experiencia de los datos para estimar la vulnerabilidad, obteniendo menos incertidumbres y permitiendo la calibración de los cálculos estructurales con el comportamiento observado de los edificios.

Un aspecto importante en la evaluación de la vulnerabilidad sísmica de las estructuras es definir el daño que pueda sufrir una estructura debido a un terremoto. En realidad, el daño va asociado a la vulnerabilidad, ya que una estructura es más o menos vulnerable dependiendo del daño que pueda sufrir ante un terremoto. La palabra daño se utiliza ampliamente para describir distintos fenómenos que puedan ocasionar los movimientos sísmicos a las estructuras, refiriéndose principalmente el deterioro físico.

4.1 Daño en las edificaciones

El daño en términos generales es un concepto complejo en su interpretación y en su evaluación, o de acuerdo a la literatura el daño estructural es un fenómeno que es muy difícil modelar analíticamente o reproducir en laboratorios. El daño como se comentó antes es un fenómeno que afecta a cualquier tipo de estructura, sin embargo, a partir de ahora se hará referencia únicamente al daño que pueden sufrir las edificaciones (sin contar pérdidas humanas), por ser parte del planteamiento de este trabajo. Para esto se clasificará el daño en tres grupos principales:

1) Daño estructural. Es evidente que el daño estructural es el de mayor importancia, ya que éste puede ocasionar que una estructura colapse o, en el mejor de los casos, que su reparación pueda ser muy costosa. El daño estructural depende del comportamiento de los elementos resistentes de una estructura como son las vigas, columnas, muros de carga, sistemas de piso, y esto tiene que ver con la calidad de los materiales que componen dichos elementos, su configuración y tipo de sistema resistente y, obviamente, de las características de las cargas actuantes (Dolce, 1994).

La evaluación del daño se puede realizar de diferentes maneras. Una de ellas es en forma cualitativa, en la cual se establecen diferentes niveles de daño o a través de la definición de localización probable de un daño específico en una estructura. Esta forma se basa fundamentalmente en la observación e identificación de daños ocasionados por la ocurrencia de alguna acción como por ejemplo un terremoto de determinadas características. Este procedimiento se empezó a usar hace algunos años y sigue siendo una forma viable de obtener datos reales de daño para los estudios de la vulnerabilidad en zonas urbanas. Con el desarrollo significativo de modelos de daño de los elementos estructurales, se ha podido evaluar el daño en forma cuantitativa, basándose en algunos parámetros de respuesta estructural como por ejemplo, las distorsiones del piso o las deformaciones en las columnas

Daño no estructural. Este tipo de daño está asociado principalmente a elementos que no forman parte del sistema resistente de una edificación, como pueden ser puertas, ventanales o revestimientos, (Villaverde, 1997). Sin embargo, a pesar de que este tipo de daño no pone en peligro el comportamiento de la estructura, sí es causa de un incremento considerable en las pérdidas económicas. El daño no estructural se evalúa generalmente mediante un índice de daño, el cual utiliza parámetros de la respuesta estructural tales como deformaciones y distorsiones que sufren los pisos de las estructuras y en ocasiones, a partir de la aceleración que experimentan los mismos. 

5 Riesgo sísmico

Una vez revisados los conceptos de Peligrosidad Sísmica y Vulnerabilidad Sísmica se puede observar que existe una relación directa entre ellos, es decir, para que exista verdaderamente riesgo sísmico en un lugar, ambos conceptos deben producirse y existir respectivamente, es decir, el riesgo sísmico evalúa y cuantifica las consecuencias sociales y económicas potenciales provocadas por un terremoto, como resultado de la falla de las estructuras cuya capacidad resistente fue excedida.

La mayoría de los estudios de riesgo sísmico a nivel urbano utilizan como parámetro del terremoto, la intensidad macrosísmica, la aceleración máxima, obtenida a partir de parámetros focales, como magnitud o la distancia epicentral, y para evaluar el riesgo sísmico, se utilizan las matrices de probabilidad o las funciones de vulnerabilidad, obtenidas a partir de las experiencias con terremotos pasados, o en el caso de que la actividad sísmica sea baja, mediante técnicas de simulación.

6 Estudios sobre Riesgo Sísmico

Las catástrofes recientes han obligado a los gobiernos y el sector privado de todo el mundo a desarrollar estudios de riesgo sísmico para reducir los daños provocados por los terremotos. Estos estudios deben elaborarse basándose en el nivel desarrollo del país, estado o zona que se esté estudiando o en la peligrosidad existente en el sitio. En la actualidad, existe una gran cantidad de trabajos que tratan de evaluar el riesgo sísmico en zonas urbanas, auspiciados por organismos internacionales y gobiernos, con el fin de implementarlos dentro de sus programas de protección civil, entre estos se pueden citar por ejemplo los de la Comisión de Seguridad Sísmica de California. Este trabajo hace un repaso de los conceptos básicos de los terremotos, sus efectos típicos, las causas del daño y pérdidas debidos a ellos, la evaluación del potencial del daño en las estructuras y sistemas de equipos de la comunidad, así como aproximaciones apropiadas para la reducción del riesgo a niveles aceptables y su implementación en los planes de mitigación.

Igualmente, Los informes del “Consejo de Tecnología Aplicada, trabajos que fueron financiados por la Federal Emergency Managemnet Agency (Agencia Federal para el Control de Emergencia), y tienen una amplia difusión y aceptación internacional, coherencia metodológica y facilidad de uso y, por lo tanto, constituyen una excelente referencia para orientar este tipo de estudios. Otro informe elaborado por la misma institución, titulado “Earthquake Damage evaluation Data”, (Datos y Evaluación de Daños por Terremotos) forma parte de un proyecto para la evaluación de daño sísmico causado por los terremotos en el Pacifico. En ellos se presenta información relacionada con el tema: descripciones detalladas de la metodología empleada para clasificar la información y evaluar los daños y pérdidas por causa de los terremotos en 78 tipos de estructuras, así como evaluaciones de los tiempos estimados para restablecer los servicios, interrumpidos por los terremotos, al nivel de la capacidad anterior del sismo.

Es de vital importancia también destacar elEl Manual Sobre el Manejo de Peligros Naturales en la Planificación para el Desarrollo Regional Integrado de la Organización de Estados Americanos (OEA). Este manual hace una introducción a la planificación para el desarrollo integrado y el manejo de los peligros naturales, mostrando cómo el impacto de los peligros naturales se puede reducir, además se describen las técnicas que se usan para la evaluación del peligro, incluyendo los sistemas de información geográfica, percepción remota y técnicas especiales de cartografía. Finalmente, muestra nuevos enfoques para la evaluación y mitigación en el contexto de la planificación para el desarrollo integrado. Asimismo se encuentra un singular trabajo llamado Fundamentos para la mitigación de desastres, Este documento elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) trata específicamente la evaluación de la vulnerabilidad sísmica de los hospitales y de metodologías para la mitigación del riesgo. Además hace referencia a las medidas que se deben tomar para la mitigación, poniendo especial énfasis en los requisitos necesarios para que los establecimientos puedan mantener su función durante y después de un evento.

En general todos estos trabajos coinciden en la necesidad de realizar los estudios de riesgo sísmico, para poder reducir los daños causados por los terremotos debido a la falla de las estructuras. Tratan la peligrosidad sísmica como un problema difícil de predecir y aún más de reducir, sin embargo, tratan de aclarar los conceptos básicos de los terremotos y de las medidas que se tienen que tomar para hacer frente a ellos. En cuanto a la evaluación de la vulnerabilidad, en general, todos los trabajos proponen metodologías simplificadas, basadas en índices de vulnerabilidad o en la clasificación de las estructuras en grupos predeterminados. Los estudios de riesgo demuestran su potencialidad, analizando incluso otros elementos en riesgo, diferentes a las estructuras de edificación, como son líneas vitales, puentes, depósitos, instalaciones industriales, redes eléctricas, etc. Trabajos más recientes han construido un ambiente informático que es capaz de estimar las pérdidas probables de toda una zona urbana, inmediatamente después de ocurrir un terremoto fuerte. Esta información permite a las instituciones gubernamentales tomar las respectivas medidas de mitigación, para organizar y coordinar las actividades de emergencia, inmediatamente después de una crisis sísmica. 

Caracterización Geográfica del Estado Sucre 

Ubicación y Delimitación

El estado Sucre está emplazado en la región Nororiental del país, limita con los estados Monagas, Anzoátegui y Delta Amacuro, según la Gaceta Oficial de 1992 de la entidad; sus límites son los siguientes, al Norte: Mar Caribe. Este: con el Golfo de Paria. Sur: estado Anzoátegui, desde el Cerro El Escarpado hasta el Cerro El Diablo, en el punto donde nace el Río Amana, y con el estado Monagas desde éste punto hasta el nacimiento del Río San Juan, desde donde continúa en una línea variable que sigue el curso de este rio aguas hacia abajo hasta su desembocadura en la Barra de Maturín en el Golfo de Paria. Oeste: Golfo de Cariaco y Mar Caribe. Con una ubicación relativa comprendida entre las coordenadas geográficas 10º03’ y 10º 45’ de latitud norte y una longitud oeste de 61º 52’ y 64º 31’. Posee una superficie de 11.800 Km, se divide política y administrativamente en quince municipios y cincuenta y cinco parroquias

Geología y Geomorfología

El estado Sucre está enmarcado dentro de sedimentos pertenecientes al Cuaternario reciente. La combinación de todas estas formaciones permiten definir una topografía variada, entre las que se destacan morros y cerros de costados subverticales, muy prominentes, tanto en las islas como en tierra firme (Macsotay 1986), formando colinas bajas, de pendiente suave, terreno plano o de suaves ondulaciones, colinas suaves de color rojo ladrillo, el tope del pico Turimiquire está constituido por la cuesta de buzamiento de las areniscas de la formación San Juan (González 1980). Forman montañas de relieve abrupto, con escasa vegetación, y laderas cubiertas de bloques rodados de arenisca cuarcítica y lomas redondeadas. Los afloramientos pertenecientes al Cuaternario están representados por sedimentos no consolidados, formaciones recientes de aluviones del Pleistoceno al Holoceno, constituidos por arenas y conglomerados pocos consolidados, estos depósitos están localizados principalmente hacia las penínsulas de Paria y Araya, este y oeste del estado, destacándose también de este tipo de afloramientos varios manantiales de aguas termales que marcan la ubicación de las fallas que separan la zona de hundimiento de las de levantamiento.

Las representaciones del Cenozoico se localizan al centro y este del estado, están dadas por formaciones con afloramientos sedimentarios comprendidas entre el Pleistoceno y el Eoceno, las formaciones están caracterizadas por afloramientos litológicos de arenas de grano gruesos y gravas, rocas duras, calizas arenosas duras, también está conformada por afloramientos de metalavas básica maciza finamente foliadas, esquistos cuarzos-clorítico muy bien foliadas. En cabo Tres Puntas en la península de Paria, al oeste del estado, estas rocas aparecen en una zona intensamente fallada dentro de esquistos grafíticos-caláreos de la Formación Carúpano. Bladier (1977) considera el conjunto de "rocas verdes" llamada Formación El Copey como una asociación de cuerpos pequeños ubicados en zonas de falla o de contacto entre diferentes formaciones, pertenecen a planos de despegue de los corrimientos que caracterizan el estilo tectónico de este segmento de la cordillera de Araya-Paria.

El Mesozoico, con distribución esparcida por todo el estado pero con mayor presencia hacia el norte, se expresa principalmente por afloramientos rocosos sedimentarios y volcánicos, en gran parte compuesto por conglomerados y areniscas, seguidas de un intervalo calcáreo, para terminar con predominio lutítico (Hedberg y Pyre, 1944). Adicionalmente se presentan afloramientos con litologías siliciclásticas con intercalaciones de rocas carbonatadas y cuarcíticas; están presentes afloramientos de calizas y frecuentes con aspectos arrecifal, lutitas, areniscas, filitas con esquistos calcáreos, estas últimas representaciones litológicas son representativas de la formación Carúpano, la cual aflora en parte al norte del estado Sucre y se encuentra dispersa entre varios municipios. Como representaciones de este tipo de afloramientos esta el sistema de sierras Araya-Paria y el macizo del Turimiquire, formación cretácica del Mesozoico. Su piedemonte sur muestra un origen Terciario del Eoceno y Oligoceno.

Las características geológicas demuestran la presencia de factores condicionantes de la actividad sísmica, evidenciada por los fallamientos presentes en los afloramientos rocosos existente, así como la presencia de materiales que pueden ceder ante un evento sísmico como son los sedimentos no consolidados o aluviones. Es el municipio Benítez el que presenta un porcentaje mayor de sedimentos recientes, y con características menos resistentes ante un posible evento sísmico, y considerando también aquellos donde las características evidencian las presencias de fallas, y con ello las características tectónicas y principales agentes generadores de eventos sísmicos, con todo este escenario se puede evidenciar la amenaza sísmica de la zona de estudio. Adicionalmente las principales ciudades del estado están asentadas sobre sedimentos recientes ello las coloca en zonas susceptibles ante un evento sísmico, lo que incrementa la existencia de la amenaza sísmica para el área de estudio y sus principales ciudades, como lo son Cumaná, Carúpano, Güiria, Cariaco y Casanay.

Cabe mencionar la existencia de áreas de licuación en el estado, “la licuación de sedimentos es la transformación a estado líquido de materiales granulares, saturados como consecuencia del incremento de la presión de poros” dice Bard, (1992). En el estado Sucre, estas áreas están definidas por las características litológicas ligadas a los ambientes sedimentarios, y que se ven manifestadas por la actividad sísmica, a la cual está expuesta por la presencia de las fallas activas existentes, considerándose así un

… aspecto de vital importancia, ya que en épocas anteriores el fenómeno de licuación ha causado grandes daños en algunas poblaciones, ejemplo de ello, las ciudades de Cumaná y Cariaco, estado Sucre; poblaciones de la costa en el oriente centro y occidente, así como en la zona de frontera, San Antonio, Ureña, estado Táchira entre otros… (Acosta y De Santis, 1997).

Las áreas de licuación presentes en la entidad sucrense están concentradas al oeste del territorio y que corresponden con la falla de El Pilar y con las zonas donde los sedimentos son más recientes y susceptibles antes los movimientos telúricos, adicionalmente se puede observar como algunas de las principales ciudades se localizan en estas zonas, como son Cumaná, Carúpano, Casanay y Cariaco; partiendo de esta información se consideran estas áreas inestables y como tal a ser afectadas ante un evento sísmico. 

Clima

Según informaciones del Instituto Nacional de Estadísticas (2011), en la zona del litoral occidental se observa un tipo de clima semiárido registrándose en Cumaná 24-26 °C de temperatura media anual con una pluviosidad de 375 mm. Como zona representativa de clima fuerte en cuanto a condiciones de sequía y aridez se encuentra la Península de Araya. En la faja paralela meridional se observa transicionalmente un clima tropical lluvioso de sabana, que se extiende hasta la zona de la vertiente litoral al mar Caribe. En Carúpano se observan temperaturas medias de 26-34 °C y precipitaciones cambiantes de 524-1.046 mm. En el golfo de Paria la media de pluviosidad anual aumenta entre 1.200 a más de 2.000 mm con clima boscoso. En la zona de la serranía del Interior se registra una sección en donde prevalece el clima tropical de altura. Por su fachada marina siempre está bajo los efectos de los vientos procedentes del mar. El viento pasa primero por mares cálidos y al llegar a la región sucrense produce una alta evaporación. Tenemos una diversidad de climas originada por el relieve, bosque seco tropical en Araya y Santa Fe hasta San Antonio del Golfo, húmedo tropical en la zona de Paria y de montaña desde el Bergantín hasta Caripe. En síntesis puede considerarse que el clima de la entidad es bastante diverso según las características del relieve, la acción de los vientos y la proximidad al mar, presentándose un clima tropical seco en las regiones bajas y áreas costeras hasta el montano húmedo de las zonas montañosas de la Península de Paria y en el Macizo del Turimiquire. La temperatura media anual de unos 26,8ºC. 

Vegetación

La vegetación predominante es la xerófila, constituida por arbustos espinosos, muy abundante en tunas y cardones. En las zonas montañosas se encuentran grandes bosques húmedos tropicales. En la planicie cenagosa costera al este de la entidad predominan los manglares y morichales. Como ya se expuso predomina el tipo xerófilo de hojas chicas y raíces profundas, en las zonas urbanas y de Montaña en las zonas rurales ubicadas en la cordillera de la Costa, también podemos encontrar plantas y árboles playeros caribeños, como el cocotero y los árboles de cacao. También se puede encontrar el roble, declarado árbol del estado. 

Hidrografía

La red hidrográfica del Estado Sucre se divide y drena sus aguas hacia dos grandes vertientes: la del Mar Caribe y la del Océano Atlántico. A la del Mar Caribe pertenecen los ríos Manzanares, San Pedro, Catuaro y Cariaco. A la vertiente del Atlántico drenan los ríos San Juan, Macuro, Mapire, Río Grande, y los caños Ajíes y Guariquén, entre otros. Los principales ríos de acuerdo a sus respectivas vertientes son: Ríos Neverí (117 km.), que atraviesa la ciudad de Barcelona, Mochima y Manzanares, este último de 81 km. y que pasa por la ciudad capital de Cumaná. Todos ellos desembocan en el mar Caribe. En el golfo de Cariaco, vierte sus aguas uno de los principales ríos del estado, el Carinicuao o Cariaco que tiene 173 km. de longitud. De menor importancia, pero también de la misma cuenca son el Cautaro, Tunantal, Guaracayal, Compondrón, San Pedro y Marigüitar. En la cuenca del mar Caribe, desembocan ríos de menor importancia como el Chaure, Caribe, Unare y Cumaná. Por último, luego de recorrer 173 km, el río San Juan deposita sus aguas en el golfo de Paria, al igual que el Irapa, Aruca, Güiria, Guiramo, Grande, Manacal y Yoco.

Fauna:

Existen variedad de mamíferos (la Nutria Gigante, Manatí, Cunaguaro, Jaguar, Venado, Báquiro, Conejo, etc.); Aves (Cardenalito, Flamenco, Corocoro, la Gallina Azul, la Pava de Monte, la Guacharaca, la Perdiz, la Lechuza, el Gavilán, etc.); Reptiles (la Tortuga Arau, el Caimán, la Baba, el Mato Real, la Iguana, la Boa, etc.); Peces, moluscos y mariscos. Los recursos pesqueros son elementos que identifican al estado Sucre. Las característica físico-naturales del medio marino, la gran extensión de sus costas y la identidad de la población con la actividad pesquera crean un valioso potencial, llegando a aportar más del 60% de la producción regional, destacando la pesca de sardinas, pepitonas, corocoro, jurel, machuelo, atún (especie abundante en las aguas profundas del Mar Caribe), camarón, calamar y toda una gran variedad de crustáceos y moluscos.

Economía.

El estado Sucre presenta un panorama amplio de actividades que se dan para su desarrollo económico, igualmente presentan una importancia tanto para la entidad como para la región oriental del país. Considerar su distribución permite estimar cuáles son las ramas de la economía más vulnerables y cuáles podría afectar más allá de los límites del área en estudio, para ello se procedió a describir las actividades, relacionadas a la variable socioeconómica su espacialización y evaluar sus posibles afecciones en la economía del estado y de la región.
Sector Primario

La pesca representa la mayor actividad de importancia para el estado y la región en general, su principal producto es la sardina, aporta el 58% en especie capturada convirtiéndose, en el primer productor a nivel nacional. La flota pesquera total del estado aporta anualmente un volumen de 200.000 toneladas métricas de pescado según datos de la Oficina de Relaciones Exteriores y Comercio Gobernación del Estado Sucre ORECSucre. Adicionalmente es productor nacional de mejillones y pepitonas, aporta el 93% y 77% respectivamente, es considerado como el número uno en la pesca de atún en aguas del Caribe y exportador para países del pacífico, como Chile. También se le asigna como el mayor productor en materia de productos procesados del mar, aporta el 83% del nacional, y en la región están las principales enlatadoras del país; así como el principal productor de harina de pescado con un 82% (700000 toneladas) con respecto a la producción a nivel nacional

Los municipios productores son Arismendi, Bermúdez, Bolívar, Sucre y Valdez, ubicándose en ellos ciudades importantes como Cumaná, Carúpano y Güiria, allí en esos espacios también se emplazan los muelles y las principales industrias procesadoras y exportadoras de la región. Adicionalmente, hay que considerar que estas localidades están vinculadas con las poblaciones económicamente activas así como las principales vías del estado, sin embargo, también hay que resaltar la presencia de la falla de El Pilar y su zona de afectación como los movimientos sísmicos diarios que se registran en los municipios antes señalados, estas características propician una vulnerabilidad económica para la región ante la presencia de eventos símicos con magnitudes iguales o superiores a las que se han registrados, ya que se verían afectadas actividades con incidencia regional, nacional e incluso internacional.

Por otro lado encontramos la agricultura; las características físico-naturales le denotan al estado Sucre ciertas potencialidades para el desarrollo de diversos productos; los principales rubros importantes para la región son: el cacao que aporta un 40% de la producción nacional considerándose el principal productor en el país, los municipios cacaoteros son Arismendi, Cajigal, Benítez, Mariño y Andrés Eloy Blanco; el café aporta aproximadamente el 27% de la producción del país, uno de los principales municipios productores de este rubro es Montes donde actualmente ha sido instalada una planta torrefactora incrementando así la producción y también se debe mencionar que los municipios Andrés Mata, Ribero y Sucre tienen cultivos de café.

El estado Sucre también es uno de los más importantes proveedores de tubérculos y raíces a nivel nacional; según el ORECSucre (2008) es el principal productor de casabe, desarrollado en los municipios Montes y Ribero. Adicionalmente el estado es el principal productor de coco a nivel nacional con 7000 TM; actualmente se instaló en el municipio Mariño una planta procesadora de copra para la fabricación de aceite de coco. Existen siembras intensivas de hortalizas para exportación con plantaciones ubicadas en los municipios Ribero, Montes y Cruz Salmerón Acosta.

Es importante mencionar que esta actividad está presente en varios municipios que podrían ser afectados por eventos sísmicos dada su ubicación, como es el caso de Sucre y Ribero (Cumaná y Cariaco), la afectación de esta actividad podría significar pérdidas significativas a la economía de la región, ya que es importante para el estado y a nivel nacional en algunos rubros. Según el censo 2001, la actividad agrícola es la que representa la mayor actividad del estado, al tomar como indicador la población ocupada por rama de la actividad, solamente en ella se encuentra entre el 8% y 65% de la población por municipio.

La minería es otra actividad en este sector que en el estado Sucre se puede encontrar, la entidad posee recursos no metálicos como la sal, caliza, yeso, arena, arcilla y aguas termo-minerales. Las reservas de calizas están en los municipios Sucre, Montes, Bermúdez, Mariño y Ribero, donde esta última tiene mayores reservas de éste mineral estimándose en 800.000.000 TM. En cuanto al yeso, sus reservas se localizan en el municipio Valdez y Andrés Mata, la mayor explotación es realizada en el municipio Valdez, con reservas que varían entre 100.000.000 y 200.000.000 toneladas métricas.

Las salinas más importantes del país están en el municipio Cruz Salmerón Acosta, en la Península de Araya, dadas sus condiciones climáticas permite la concentración de sales y convierte al poblado en uno de los posibles proveedores internacionales de sales de origen marino, su capacidad productiva es de hasta 1.100.000 toneladas métricas por año. Aunque esta actividad solo emplea el 0,15% de la población, representa un aporte importante en la economía regional y nacional, dado que las principales reservas de sales se ubican en el estado además de considerarse como un proveedor internacional. Adicionalmente, hay que considerar que estas áreas podrían verse afectadas ante los posibles eventos sísmicos, dado que algunas están localizadas en lugares donde se han registrado eventos anteriores y continuamente son vinculadas a sismos de bajas magnitudes.
Sector Secundario

La actividad industrial del estado está representada principalmente por la mediana y pequeña industria, destacándose las procesadoras de productos del mar, entre las principales empresas se tiene que procesan 63 millones de Kg de especies marinas, tanto para mercado nacional como internacional (ORECSucre, 2008). Así mismo, existen procesadoras de alimentos como maíz, cacao, trigo, sal marina y fábricas de tabaco. También, hay representación de la industria automotriz, metalúrgica, productores de estructuras metálicas pesadas. Otra industria con representación en la región es la naval, ésta ha venido incrementando su importancia, constituida principalmente por cinco astilleros, ofrecen servicios diversos desde construcción hasta servicios eléctricos, actualmente hay 300 puestos de veleros entre agua y tierra.
Sector Terciario

Las características físicas-naturales del estado Sucre, le confieren un potencial para el desarrollo de la actividad turística, sus 720 km aproximadamente de costas con playas, además de ambientes que permiten el desarrollo del ecoturismo y turismo de aventura. Por otra parte, las características geológicas del área han permitido la presencia de aguas termales, dan así las más importantes del país para el desarrollo del emergente “turismo de salud” (Gobernación del Estado Sucre, 2008).

Al este del estado, en el municipio Sucre está el Parque Nacional Mochima, ocupa 57.803 Ha, proporcionándole un atractivo importante para el desarrollo turístico de la región, se dan las condiciones para la práctica del submarinismo tanto en Mochima, como en la costa de Paria y en Los Testigos, también existen otros parques nacionales que incrementan la importancia turística del estado como son, parte del Parque Nacional El Guácharo ubicado en el municipio Ribero, con una superficie de 46.506 Ha; el Parque Nacional Turuépano que comprende los municipios Benítez, Libertador, Cajigal y Mariño con una superficie de 70.000 Ha, y el Parque Nacional Península de Paria que abarca los municipios Arismendi, Cajigal, Mariño y Valdez con una superficie de 37.500 hectareas según INPARQUES; adicionalmente se cuentan con atractivos históricos como castillos, fortines, cascos coloniales en las principales ciudades en zonas estratégicas para la época colonial, como son en Cumaná, Carúpano y Araya, que aumentan el interés turístico de la zona.

La actividad turística representa un foco importante para la economía del estado Sucre, aunque la población que se ocupa en esta rama es aproximadamente el 20% según el Instituto Nacional de Estadisticas; los principales atractivos se localizan en zonas cercanas a la falla de El Pilar, y en algunos casos se han visto vinculadas con las áreas donde eventualmente ocurren sismos de magnitudes menores. Estas características colocan a los atractivos turísticos ante una vulnerabilidad física y la vinculación con la actividad podría influir en una fragilidad económica para el estado ante la ocurrencia de eventos con magnitudes mayores.

Otra actividad importante para el estado es la producción artesanal, ya que refleja las costumbres de los pobladores de la región, aunque no ocupa un porcentaje importante de la población, se destacan entre estas la cestería de Cerezal, cerámicas de Manicuare, la elaboración de muñecas de Plan de Mesa y las muñecas de fachadas de San Fernando. Las cerámicas de Manicuare se desarrolla en la población del mismo nombre del municipio Cruz Salmerón Acosta, la cestería de Cerezal en el municipio Ribero, las muñecas de Plan de Mesa, en el municipio Sucre; y las muñecas y fachadas de San Fernando en el municipio Montes. 

Bases Legales

El estudio del riesgo en Venezuela, está enmarcado en diferentes leyes que contemplan la seguridad de la población. Como primera normativa legal en la que se sustenta la evaluación de los riesgos de un espacio, se tiene a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a partir de esta carta magna se menciona el término riesgo, se establecen las primeras competencias e instituciones que deben estar involucradas para brindar la protección y apoyo ante la ocurrencias de desastres, lo que establece el primer soporte legal en la realización de esta investigación, a continuación los artículos que así lo demuestra.

Constitución de La República Bolivariana de Venezuela Título IV – Del Poder Público

Capitulo II - De la Competencia del Poder Público Nacional

Articulo 56 (Numeral 9)

9. El régimen de administración de riesgos y emergencias

Título VII – De la Seguridad de la Nación

Capitulo IV – De los Órganos de Seguridad Ciudadana (artículo 332) señala:

El Ejecutivo Nacional, para mantener y restablecer el orden público, proteger al ciudadano o ciudadana, hogares y familias, apoyar las decisiones de las autoridades competentes y asegurar el pacífico disfrute de las garantías y derechos constitucionales, de conformidad con la ley, organizará:

1. Un cuerpo uniformado de policía nacional.

2. Un cuerpo de investigaciones científicas, penales y criminalísticas.

3. Un cuerpo de bomberos y bomberas y administración de emergencias de carácter civil.

4. Una organización de protección civil y administración de desastres.

Los órganos de seguridad ciudadana son de carácter civil y respetarán la dignidad y los derechos humanos, sin discriminación alguna.

La función de los órganos de seguridad ciudadana constituye una competencia concurrente con los Estados y Municipios en los términos establecidos en esta Constitución y la Ley.

La elaboración de esta investigación está estipulada dentro del marco legal referente a la materia, en la Ley de Gestión Integral de Riesgos Socionaturales y Tecnológicos, que contempla las principales directrices y ámbitos, que debe abarcar la evaluación del riesgo en cualquier territorio, incluye su definición, identificación, evaluación de cada uno de los componentes, así como la incorporación de las medidas que permitan la prevención y mitigación del riesgo, a continuación se presentan algunos artículos que reflejan algunas de las directrices de esta ley en las que se enmarca la elaboración de la investigación.

Ley de Gestión integral de Riesgos Socio naturales y Tecnológicos

Título I – Disposiciones generales

Artículo 2

Gestión Integral de Riesgos

La gestión integral de riesgos socionaturales y tecnológicos es un proceso orientado a formular planes y ejecutar acciones de manera consciente, concertada y planificada, entre los órganos y los entes del Estado y los particulares, para prevenir o evitar, mitigar o reducir el riesgo en una localidad o en una región, atendiendo a sus realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales y económicas.

Artículo 6

Obligaciones del Estado

A los efectos de esta Ley, el Estado debe:

1. Garantizar que las acciones propias de la ordenación del territorio y de la planificación del desarrollo a todos los niveles de gestión, eviten potenciar o incrementar las condiciones de vulnerabilidad o de amenazas en el país.

2. Propiciar la ejecución de acciones orientadas a la reducción de la vulnerabilidad existente.

3. Fortalecer las actividades de prevención, mitigación y preparación en todas las instancias de gobierno, así como en la población, con el propósito de reducir los riesgos socionaturales y tecnológicos.

4. Fortalecer las capacidades institucionales requeridas para las labores de reconstrucción ante la ocurrencia de desastres en el territorio nacional.

Título III - Registro nacional de información para la gestión integral de riesgos socionaturales y tecnológicos Artículo 32

Objeto

El Registro Nacional de Información para la Gestión Integral de Riesgos Socionaturales y Tecnológicos tiene por objeto actualizar, recopilar, procesar, registrar y sistematizar la información relacionada con amenazas, vulnerabilidades, riesgos, emergencias y desastres, y apoyar al Estado en su divulgación y socialización. La información contenida en el Registro es de carácter público y de interés nacional y la misma debe ser considerada en la toma de decisiones. El órgano rector de la ciencia y tecnología, apoyará al Consejo Nacional de Gestión Integral de Riesgos Socionaturales y Tecnológicos en la implementación del Registro.

Título IV – Incorporación de la prevención de riesgos en la educación, cultura y participación popular Artículo 40

Cultura de Riesgo

El Estado, el sector privado y las comunidades promoverán acciones, valores y prácticas que contribuyan a la identificación y reducción de riesgos, así como con la preparación y atención en caso de emergencias y desastres.

Parte importante de la gestión de riesgo es la elaboración de las medidas que nos permitan prevenir y mitigar el riesgo, es por ello que el objetivo referido a las propuestas de estas medidas se encuentra sustentado tanto en la ley anterior como en la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación en el articulo que se presenta a continuación.

Ley Orgánica de Seguridad de la Nación

Esta Ley en el Título II, Capítulo II – De la Defensa Integral de la Nación, específicamente en el apartado Gestión Social de Riesgo (artículo 25) señala:

La gestión social de riesgo comprende los objetivos, programas y acciones que dentro del proceso de planificación y desarrollo de la Nación, están orientadas a garantizar la calidad de vida de los ciudadanos y las ciudadanas, promoviendo el desenvolvimiento de los aspectos de prevención, preparación, mitigación, respuesta y recuperación ante eventos de orden natural, técnico y social que puedan afectar a la población, sus bienes y entorno, a nivel nacional, estadal y municipal.

Adicionalmente se menciona como parte importante en esta investigación la Ley de Zonas Costeras ya que el área en estudio está contemplada una zona de costa, esta ley también considera la identificación y evaluación de los riesgos naturales que puedan darse en el área así como la creación de instrumentos que permitan disminuir la vulnerabilidad y con ello el riesgo presente.

Ley de Zonas Costeras

Título I – Disposiciones Generales

Artículo 6. La Gestión Integrada de las zonas costeras se regirá por los siguientes lineamientos y directrices:

Numeral 7. Riesgos naturales. Se establecerán planes que contemplen acciones apropiadas para mitigar el efecto de los fenómenos naturales.

Artículo 10. Las autoridades competentes podrán restringir el acceso y uso al dominio público de las zonas costeras, por razones sanitarias, de conservación, de seguridad y defensa nacional, de seguridad de los usuarios ante la inminencia de determinados fenómenos naturales, así como por cualquier otra de interés público. En este último caso, oída la opinión de los órganos de consulta y participación pública previstos en la ley.

Título II – Del Plan de Ordenación y Gestión Integrada de las Zonas Costeras.

Artículo 16. El Plan de Ordenación y Gestión Integrada de las Zonas Costeras establecerá el marco de referencia en materia de conservación, uso y aprovechamiento sustentable de las zonas costeras. A tales efectos, el Plan contendrá: (numeral)

8. La identificación de las áreas sujetas a riesgo por fenómenos naturales o por causas de origen humano, así como los mecanismos adecuados para disminuir su vulnerabilidad.

Cada una de las bases legales expuestas anteriormente contempla la importancia del estudio del riesgo en todos los niveles y queda inmersa la responsabilidad de cada uno de los ciudadanos en llevarlo a cabo. 

Referencias de este capítulo.

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